La victimización en la juventud en el contexto de la inseguridad ciudadana representa un fenómeno preocupante que expone a los jóvenes a diversas formas de violencia, ajenas a la violencia familiar. Estas experiencias pueden generar impactos significativos en su bienestar emocional, social y físico, comprometiendo su desarrollo personal. Las personas jóvenes que han sido víctimas de delitos suelen manifestar sentimientos de inseguridad, ansiedad y desesperanza, lo que incide negativamente en su autoestima y en sus proyecciones de futuro.

En este contexto, la prevención y la sensibilización social cumplen un rol fundamental para romper los ciclos de victimización y asegurar entornos seguros que favorezcan el desarrollo integral de la juventud.

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